El Alzheimer es una enfermedad que afecta a más de 55 millones de personas en el mundo y que continúa creciendo silenciosamente, por eso, esta fecha nos invita a generar conciencia, derribar mitos y fomentar el diagnóstico temprano, el acompañamiento familiar y el respeto por la dignidad de quienes viven con esta condición.
Hablar del Alzheimer en este mes es un acto de memoria colectiva: es recordar a quienes olvidan y unir esfuerzos para construir una sociedad más informada, empática y solidaria.
Más allá de la pérdida de memoria, el Alzheimer impacta profundamente la identidad, las emociones y la autonomía de quienes lo padecen, así como la vida de sus familiares y cuidadores. Enfrentar esta condición requiere no solo atención médica, sino también sensibilidad, educación y apoyo social.
“Como cuidador de mi esposa uno anhela compresión de los amigos y familiares , ojalá un sistema de salud robusto y confiable , la problemática de la memoria debe ser explicada y divulgada permanentemente por los medios . Los amigos forman un apoyo sólido para los cuidadores , su presencia debe ser conservada y fomentada con actividades que nos den respiro y entereza para afrontar los cambios que tiene la enfermedad.“ J.B.M esposo, cuidador familiar de un paciente con alzheimer.
Hablar de Alzheimer es abrir la puerta al entendimiento, la empatía y la acción colectiva frente a una realidad que, tarde o temprano, nos puede tocar a todos. El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Es la forma más común de demencia y representa entre el 60 % y el 80 % de los casos. Con el paso del tiempo, interfiere gravemente en la vida diaria del paciente y sus seres queridos, haciendo indispensable una comprensión profunda de esta condición, tanto desde el ámbito médico como humano.
Uno de los primeros síntomas del Alzheimer suele ser el olvido de eventos recientes. A medida que avanza, los pacientes pueden experimentar desorientación, confusión, dificultad para hablar o escribir, cambios de humor, e incluso pérdida de habilidades básicas como vestirse o alimentarse por sí mismos. El impacto no solo recae sobre la persona afectada, sino también sobre su entorno familiar, emocional y económico.
Jaqueline Arabia Buraye, Neuropsicóloga Clínica y fundadora de la Fundación Alzheimer de Cali, considera que: “Como experta : cuando llega un diagnóstico de alzheimer a un hogar es como ver un iceberg en frente, mi consejo es ir resolviendo día a día lo que vamos observando y necesitando tanto para el afectado como para el cuidador , y a la vez preparándonos para lo que no sabemos , en todas las etapas de la enfermedad sugiero educación y acompañamiento de profesionales , solos no se puede.” Afirmó Buraye.
Aunque actualmente no existe una cura para el Alzheimer, sí hay tratamientos que pueden ayudar a retrasar el avance de los síntomas y mejorar la calidad de vida. La detección temprana, el acompañamiento especializado y los cuidados centrados en la persona son fundamentales. La estimulación cognitiva, la actividad física regular y una alimentación saludable también han demostrado ser aliados en el manejo integral de la enfermedad.
La realidad del Alzheimer nos invita a desarrollar una mayor conciencia como sociedad. No se trata solo de atender una condición médica, sino de asumir con empatía y responsabilidad el cuidado de quienes viven con esta enfermedad. Fomentar la inclusión, eliminar el estigma y apoyar a los cuidadores también forma parte de la lucha contra el olvido.
Además, es importante visibilizar el papel de los cuidadores, quienes muchas veces asumen una carga física y emocional intensa. Programas de apoyo, espacios de respiro y acceso a información confiable son necesarios para brindarles el respaldo que merecen. Su labor silenciosa es clave para mantener la dignidad y bienestar del paciente.
En definitiva, hablar del Alzheimer es hablar de humanidad, de memoria colectiva y del compromiso que tenemos como sociedad para acompañar a quienes enfrentan este camino.
Recordar que el Alzheimer existe es, en sí mismo, un acto de empatía; por eso, en cada acción informativa, en cada gesto de cuidado, estamos también ayudando a no olvidar.