Lo primero que deben hacer papá y mamá es entender que las virtudes y las fortalezas de los niños no tienen que ser siempre cómo ellos quieren que sea, porque aunque el deber de los padres sea guiar a los hijos, éstos no deben ser moldeados, deben ser descubiertos.
Hay niños que sobresalen en matemáticas, otros en música, otros en deportes, otros son reconocidos por su generosidad o su tolerancia. “Cada niño es un mundo y no todos se deben destacar académicamente, hay niños que se destacan en el mundo de las emociones y esto también debe potenciarse. Sea como sea, lo que resulta importante es que los padres descubran las virtudes y fortalezas de los pequeños y que además de potenciarlas, también las respeten”, afirma Carlos Quiroga, psicólogo infantil de la Universidad Nacional.
Una vez que se descubre dónde destaca más el pequeño, es importante apoyarle incondicionalmente para que se sienta motivado. “Es importantes que ellos vean que los padres están a su lado para impulsarlo, para que si se equivoca vea que existen más oportunidades para mejorar, porque lo que importa es ser constante y persistente para poder alcanzar todas las metas”, agrega Quiroga.
Una herramienta efectiva para dar con las virtudes de los hijos, según los expertos es conocer y apuntar en una libreta las actitudes del menor. Por ejemplo, ¿Qué lo pone contento? ¿Cuáles son las cosas que llaman su atención durante más tiempo? ¿Le gusta compartir? ¿Qué es lo primero que dice y hace en la mañana?
El especialista asegura que la atención al comportamiento es una técnica válida para dar con las fortalezas. “El juego también es un momento excelente para conocerlas, ya que nos brinda pistas sobre lo que prefieren, cómo socializan y se ven a sí mismos”.
Todos los niños cuentan con virtudes y debilidades. Fomentar sus fortalezas e incidir en aquellos aspectos que le suponen un desafío, son fundamentales para que crezcan sin barreras.
 
 
				