Ser padres no es una labor fácil, no tenemos un manual a seguir en cada etapa de nuestro hijo, más si ya estamos en la época de la lectura y la escritura, es aquí donde nuestra paciencia se agota y la frustración florece. Y te comprendo perfecto… si es tan fácil escribir las letras, ¿por qué se les dificulta tanto si es tan sencillo?
Pues si reflexionas en esa pregunta, debes tener en cuenta algo, tú ya estás grande y sabes hacerlo. Todos los días lo haces, incluso adivinas la palabra solo con la primera sílaba, pero para ellos es otro mundo. Para ellos es difícil pasar de lo verbal a lo escrito y, en el camino, hacen lo mejor que pueden ante la presión de nosotros como adultos.
Así que primero tengamos en cuenta qué pasa por la mente de ese pequeñito y cómo podemos motivarlo a desarrollar esta habilidad tan bonita.
Nuestro pequeño está en esa etapa donde todo es un juego; donde los retos le gustan y los enfrenta, aunque tenga miedo; donde algunas veces es un poco terco y mal humorado, y pone a prueba tu paciencia y tolerancia. Pero no está batallando contra ti, está batallando contra aquello que le resulta tan nuevo y confuso, como lo es escribir.
Por eso, lo primero que tenemos que tener como herramienta es la empatía. Comprendamos realmente lo que sienten y lo complejo que les resulta empezar. Recuerda tus primeros intentos de escritura… seguramente también lloraste y te provocó tirar el cuaderno por la ventana, e incluso (como muchos de nuestros chiquitos), pensaste que no era necesario. Ahora que comprendes sus pensamientos y emociones, haz que no sea una tortura, ponle un poco de diversión a las actividades.
Divertirse no es sinónimo de no hacer nada, por el contrario, aprenden mucho más rápido y querrán practicar más seguido.
Actualmente, tenemos muchas ayudas, y una de ellas son las pizarras sensoriales; si no tienes una, te enseño cómo hacerla, para que la construyas junto con tu hijo y se anime a participar. Recuerda que integrarlo a las actividades desde cero le ayudará con su desarrollo cognitivo y habilidades blandas.
¿Entonces? ¿Estás listo? Para construir nuestra pizarra sensorial necesitaremos hojas de bloc o de cuaderno, marcadores, arroz, colorante alimentario y una bolsa grande resellable.
Juntos harán las plantillas en las hojas como, por ejemplo, las vocales en mayúscula y minúscula. Las deben hacer grandes para que luego las pueda recorrer con el dedito. Al arroz le pondremos un poquito de agua con colorante alimentario y lo pondremos a secar. Una vez seco, lo introduciremos en la bolsa resellable y, ahora, solo queda armarla.
Pegarás la parte de arriba de la bolsa a la mesa o a alguna superficie plana, y esparcirás muy bien el arroz, para que cubra la bolsa y no se pueda ver lo de abajo. Por debajo de la bolsa pondrás alguna de las plantillas, y listo. Te aconsejo que también realices plantillas de caminos, como las pistas de carreras, para ir fortaleciendo la coordinación visomotora y el control de la fuerza, detalles importantes para poder escribir.
Cuando practiques la escritura en el cuaderno o alguna hoja, recuerda que aún no manejan muy bien los espacios, por lo que sería útil iniciar desde lo grande (una cartulina o trozo grande de papel) y luego ir disminuyendo su tamaño a hojas de bloc y, por último, el cuaderno. También debes tener en cuenta el tamaño de los lápices o colores, pues si son muy delgados tal vez le sea un poco difícil agarrarlos bien y realizar trazos.
El dibujo libre manejando espacios también es una excelente manera de ayudarlos a estar listos para dibujar sus primeras letras, por lo que no lo limites solo a que debe dibujar la A B o C ayúdale primero a mejorar esos trazos, el agarre, la coordinación y la atención para que lo logre fácilmente y sin tanta tortura.
Otra manera, y es la que más me gusta, es por medio de la lectura, y no pienses en lo aburrido que es leer, recuerda que tú eres su ejemplo, así que ponle buena actitud.
La lectura es una herramienta de aprendizaje para cualquier etapa, por lo que nos ayudará muchísimo si queremos llamar su atención.
Elijan juntos alguna historia que les llame la atención y, una vez leída, dile a tu hijo lo que más te gustó del cuento y proponle crear un cuento juntos.
Tal vez al inicio no le llame mucho la atención, pero si ve que tú estás interesado y realmente quieres hacerlo, se motivará a ser parte de ello. Crear la historia, escribir el cuento y dibujar los personajes, se convierte en un momento de conexión increíble entre tu hijo y tú. Momento que seguramente te pedirá repetir y buscará otra historia para leer juntos.
Disfrútate cada etapa, involúcralo poco a poco en cada actividad y, sobre todo, saca tu niño interior y conecta con tu hijo para ayudarlo a mejorar todo aquello que le causa dificultad.