Cuatro consejos para construir la relación con los hijos adolescentes

Cuatro consejos para construir la relación con los hijos adolescentes

Las pautas de crianza ejercidas de manera positiva, les permite a los adolescentes sentirse guiados y queridos, en una etapa donde la rebeldía y el inconformismo son protagonistas. ¡Acompáñanos a conocer más, aquí!

FAMILIA
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Compartir tiempo de calidad y tener muestras de afecto, son claves en cualquier vínculo cercano, y la relación entre los padres y sus hijos adolescentes no es la excepción. Sin embargo, es en esta etapa en la cual los límites y la autoridad son pieza clave para que lo que parece un “rompecabezas”, pueda ajustarse y permitir que los jóvenes adquieran las herramientas para enfrentar los desafíos y oportunidades que trae consigo crecer.

La adolescencia es una etapa de cambios en la que el niño sale de un mundo de protección para dirigirse a un futuro con nuevos desafíos; por lo tanto, es necesario identificar, aceptar y encauzar emociones, tarea en las que los padres deben ejercer una labor de apoyo y acompañamiento.

La revista Lazos Delagente te contará, de la mano de Alejandra Barona, psicóloga de la Universidad Cooperativa de Colombia y neuropsicóloga infantil de la Pontificia Universidad Javeriana, algunos consejos para brindar una adecuada formación en esta etapa:

1. Autoridad y firmeza: mostrar autoridad y firmeza en las decisiones tomadas con los adolescentes y al momento de establecer límites. Esta firmeza debe estar enmarcada desde la tranquilidad. Ser firmes no implica imponer las normas solo por ser el adulto ni tener que aplicar castigos; simplemente, es hacer cumplir los acuerdos y las consecuencias que ya se han definido ante las faltas de los chicos.

Al ceder a lo que los adolescentes desean o no cumplir con las consecuencias indicadas, se puede perder la credibilidad y la autoridad ante los hijos, por lo que es importante que ambos padres estén comunicados, ya sea que vivan juntos o separados; lo mejor es que sigan siendo un equipo en la formación de los hijos y cuenten con los mismos criterios al establecer las normas.

2. Asertividad: la autoridad no se gana solamente por ser los adultos o los padres, y menos cuando los hijos se encuentran en la adolescencia, por lo tanto, es necesario ser asertivos, y esto significa tener una adecuada relación con los jóvenes; estar atentos a sus problemas, que quizá puedan ser pequeños, pero para ellos son muy preocupantes; es ponerse en su lugar, valorar sus asuntos, dar importancia a lo que les afecta y poderlos orientar, sin menospreciar sus intereses. También, es necesario poder ser asertivos al preguntar, ya que el entrometerse en los problemas de los adolescentes, los puede alejar, pero si encuentras una forma adecuada de indagar; de hacerle ver que te preocupas por ellos y que en tu momento también lo viviste, pero hay solución, podrás ganar la confianza y, de esta manera, lograrás la autoridad, no por imposición sino por respeto.

3. Independencia: recuerda que tu hijo adolescente se encuentra en una etapa en la que debe ir ganando independencia, así que hay que tener cuidado con no caer en la sobreprotección, y mejor dar responsabilidades que lo impulsen a ser mucho más autónomo, que afronte situaciones fáciles de resolver, y que así sienta que realmente sí lo puede lograr. El facilitar las cosas en exceso, puede generar desconfianza en sus capacidades y que, al momento de enfrentarse a diferentes situaciones, le cueste encontrar estrategias para resolver, pues estaba acostumbrado siempre a un apoyo externo y nuevamente se cae en una falta de autoridad al no poner responsabilidades y después esperar que haga algo cuando no se tenía establecido.

4. Reconocimiento: como a cualquier persona, a los adolescentes también les gusta sentirse reconocidos y valorados, por esto, es importante reforzar las conductas adecuadas, dar valor a sus triunfos y apoyar de manera respetuosa cuando cometan alguna falla o pérdida. Teniendo en cuenta que los adolescentes tienden a maximizar sus problemas, sería un error indicarles que no es así o quitarles valor a sus asuntos, por el contrario, apóyalos y dales pautas para resolver, pero no lo hagas por ellos. De igual forma, cuando lo hayan logrado, reconoce su esfuerzo, valora todas sus capacidades y las herramientas que utilizaron, ya que así identificarán que pueden hacerlo cuando se les vuelva a presentar, siendo seguros de sí mismos, fortaleciendo su autoestima y confianza.

Recuerda ponerte en el lugar del adolescente, permítele expresarse para que pueda contar contigo, facilitando así la comunicación con afecto y firmeza cuando es necesario; pues un adolescente que se siente comprendido, tendrá una mejor transición en esta etapa de tantos cambios.

Si deseas conocer más acerca de este tema y otros de interés, te invitamos a seguir a Alejandra en @centro.faro. Su “Centro de Apoyo Integral Faro” brinda atención a niños, niñas y adolescentes para el apoyo escolar, así como consulta en psicología y nutrición.

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