En medio del bullicio de la ciudad, emergen historias de personas que trabajan incansablemente, aquellas que encuentran su sustento en las ventas ambulantes. En el Día Internacional de los Vendedores Ambulantes, destacamos la valentía y resiliencia de individuos como Ana Bravo, una madre de cuatro hijos que convirtió la venta de arepas en más que un medio de subsistencia.
Una historia inspiradora
Ana, una mujer de fuerte espíritu y determinación, se aventuró en la venta ambulante con el propósito de brindar una vida mejor a sus cuatro hijos. Como madre cabeza de familia, su pequeño puesto de arepas no solo representaba su sustento diario, sino también la carga de responsabilidad de proveer para sus seres queridos. Enfrentó desafíos y estigmatización, demostrando que la determinación y el trabajo arduo pueden transformar vidas.
La historia de Ana no es única; muchas personas encuentran en la venta ambulante una manera de «sacar adelante» a sus familias. Según el informe sobre Empleo Informal y Seguridad Social del DANE, durante el trimestre móvil que comprende marzo y mayo de 2023, de los 22.701.000 millones de trabajadores registrados en el país, cerca de 9’838.000 son formales y 12’863.000 son informales. Vale la pena resaltar que, según la misma institución, esta cifra ha ido disminuyendo en comparación con años anteriores.
Desafíos y resiliencia
El Día Internacional de los Vendedores Ambulantes nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre el papel vital que desempeñan estos trabajadores en nuestras comunidades que a menudo se enfrentan a condiciones difíciles y a la incertidumbre económica.Hoy, resaltamos aquellos que convierten las calles en sus lugares de trabajo y oportunidades en su sustento.
La historia de Ana Rosa Bravo es solo un ejemplo de la determinación y el espíritu emprendedor que caracterizan a muchos vendedores ambulantes en todo el mundo. En este día, celebremos la resiliencia de aquellos que, a pesar de los desafíos, iluminan nuestras calles con su esfuerzo y dedicación.