Estrés positivo vs. estrés negativo: ¿cuál domina tu vida?

Estrés positivo vs. estrés negativo: ¿cuál domina tu vida?

El estrés es una reacción natural ante los retos de la vida y, aunque suele asociarse con cansancio o ansiedad, también puede ser positivo.

SALUD
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El estrés es una respuesta normal del organismo ante las demandas y desafíos cotidianos. Aunque suele relacionarse con efectos negativos, también puede manifestarse de forma positiva, lo que se conoce como eustrés.

Este tipo de estrés nos impulsa a actuar, a mantenernos motivados y a cumplir metas. Por ejemplo, cuando un estudiante se prepara para un examen importante o un profesional asume un nuevo proyecto, la presión que siente puede convertirse en un motor que lo ayude a dar lo mejor de sí.

El estrés positivo aparece en situaciones que nos exigen concentración, energía y organización, pero que al mismo tiempo generan satisfacción cuando se superan. Competir en una carrera deportiva, planear un evento familiar o enfrentar una entrevista laboral son experiencias que pueden producir nerviosismo y adrenalina, pero que, al gestionarse de forma adecuada, fortalecen la confianza y la resiliencia.

Por otro lado, está el estrés negativo, también llamado distrés. Este surge cuando la presión es excesiva o prolongada, y el cuerpo y la mente no logran recuperarse. En este caso, en lugar de motivar, el estrés bloquea y desgasta, generando ansiedad, insomnio, dolores de cabeza o irritabilidad. Un ejemplo común es cuando una persona enfrenta una carga laboral incontrolable, problemas familiares constantes o situaciones de incertidumbre sin espacios de descanso adecuados.

Para evitar caer en el estrés negativo es clave aprender a identificar sus señales. Si notas que pierdes la concentración, que tu estado de ánimo cambia fácilmente o que tu cuerpo se siente cansado aunque descanses, es momento de hacer una pausa y reorganizar prioridades. Reconocer estos síntomas a tiempo permite tomar acciones antes de que el estrés afecte seriamente la salud física y mental.

Algunos tips útiles para mantener el equilibrio incluyen: establecer horarios claros entre el trabajo y la vida personal, practicar actividad física regularmente, realizar pausas activas durante el día y mantener una alimentación saludable. También es importante encontrar actividades que generen disfrute y relajación, como leer, bailar, caminar al aire libre o compartir tiempo con seres queridos.

Finalmente, hablar de lo que sentimos y pedir ayuda cuando es necesario son pasos fundamentales. Conversar con un amigo, acudir a un profesional o apoyarse en la familia ayuda a reducir la carga emocional.

El estrés, bien manejado, puede convertirse en un aliado para crecer y superarse, pero si se descuida, puede transformarse en un enemigo silencioso.

¡Aprender a equilibrar el eustrés y el distrés es esencial para vivir con bienestar y plenitud!

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