La obesidad es un problema que ha aumentado a nivel global y Colombia no es la excepción, de allí la importancia de inculcar hábitos saludables desde temprana edad.
Según comenta Yixel Córdoba González, Medico y Docente universitaria, “La condición nutricional de los niños depende directamente de sus prácticas de alimentación. Los padres deben ser conscientes y asumir hábitos responsables a la hora de suministrar las comidas a los menores, además deben conocer qué cantidad de dulces o comidas rápidas pueden darle a los pequeños”.
De esta manera, Córdoba, recomienda que se ingieran alimentos como lácteos, verduras, frutas, granos, cereales no azucarados, carnes y huevo. Además, el consumo diario de estos contribuye a prevenir enfermedades cardiovasculares y cuida la presión arterial. Es claro que la ‘comida chatarra’ y las bebidas azucaradas tiene una mala reputación cuando se piensa saludablemente, ellas están asociadas con el sobrepeso y obesidad.
Datos para una nutrición adecuada
Córdoba explica que -como se escucha frecuentemente- el desayuno es una comida vital para desarrollar una alimentación balanceada. Existe evidencia científica la cual sugiere que niños y adolescentes que no toman el desayuno tienen u riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad.
En este sentido es elemental ingerir nutrientes esenciales en la cantidad y frecuencia adecuadas a lo largo del día (dependiendo de la edad). Se habla que un niño debe cubrir al menos el 25-30% de sus necesidades nutritivas al desayuno. “Es importante que los padres organicen el desayuno de forma saludable. Deberían incluir al menos un lácteo con pan, tostadas, cereales o galletas; una fruta o zumo; y, en ocasiones, jamón o un huevo”, advierte la especialista.
En el almuerzo los platos deben alternar tanto verduras, pastas, legumbres, arroces y sopas, además de carnes y pescados. El postre debe ser normalmente una fruta o un lácteo. La merienda puede ser con galletas o fruta. Esta comida durante el día suele ser aceptada por los niños y complementa adecuadamente su dieta, porque permite incluir alimentos nutritivos y evita que los pequeños lleguen a la cena con demasiada hambre.
La cena, por su parte, tiene como alimentos recomendados los purés, sopas o ensaladas y, como complemento, carnes, huevos y pescados. En porciones más racionales que el almuerzo. Desde el primer año hasta los 5, los pequeños deben consumir entre mil y 1.400 calorías diarias. Entre el 5 y el 20%, debe provenir de las proteínas, 45 y 65% de los carbohidratos, y 30 a 40% de las grasas. No se recomienda dar lácteos descremados a niños menores de 5 años, ya que ellos requieren de esa grasa adicional.