La muerte súbita es una muerte inesperada, rápida, casi que instantánea de alguien que aparentemente gozaba de buena salud y no había sufrido ningún accidente o traumatismo. Se caracteriza por un repentino paro cardíaco y, generalmente, se debe a una arritmia cardíaca maligna, llamada fibrilación ventricular.
Según la Fundación Española del Corazón, “esta arritmia produce una actividad eléctrica cardiaca caótica que no es capaz de generar latido cardíaco efectivo, por lo que el corazón deja de bombear la sangre, la presión arterial cae a cero y se anula el riego sanguíneo del cerebro y el resto del cuerpo. El órgano más sensible es el cerebro, por eso, al paso de pocos minutos de la parada cardíaca, se pueden causar lesiones graves a nivel cerebral”.
La RCP es un procedimiento de emergencia para salvar vidas. Se utiliza cuando una persona ha dejado de respirar o le ha dejado de palpitar el corazón.
Consultamos a Diego Alberto Benavides, doctor en medicina y cirugía de la Universidad de Cuenca y magíster en salud ocupacional de la Universidad del Valle, quien afirma: “Los primeros momentos después de un paro cardíaco son muy importantes, porque se puede salvar la vida de la persona, de allí la relevancia de saber realizar RCP. En los sitios donde hay mayor concurrencia de personas, por ley se debe contar con un equipo desfibrilador, que es un aparato electrónico que permite restablecer el ritmo cardíaco normal, utilizando una descarga eléctrica”, afirma Diego Alberto Benavides.
A continuación, conoceremos cómo realizar la reanimación cardiopulmonar (RCP).
1. Valorar el nivel de conciencia: agitar a la persona y preguntarle en voz alta cómo se encuentra. Si no hay respuesta, grite por ayuda.
2. Apertura de vías aéreas: acercarse a la víctima para valorar si respira. Aplicar la técnica de ver, oír y sentir:
- Ver: el movimiento del tórax.
- Oír: el sonido del flujo de aire.
- Sentir: el aire expirado por la víctima en nuestra mejilla.
Si no respira: llamar al 123 para solicitar una ambulancia y comenzar a realizar la Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
3. Reanimación Cardiopulmonar (RCP): realizar ciclos de 30-2:
30 compresiones torácicas por 2 insuflaciones (introducir aire en la cavidad bucal).
- Colocar el talón de la mano en el tercio medio del esternón. Con los brazos estirados y los hombros posicionados sobre la vertical de las manos, realizar compresiones de entre 5 y 8 cm de profundidad, con un ritmo de 100 compresiones por minuto, aproximadamente.
- Si se dispone de un DEA (Desfibrilador Externo Automático), utilizarlo a la vez que se continúa con la RCP.
- En el caso de que la víctima sea una persona ahogada, realizar 5 insuflaciones antes de comenzar con los ciclos de 30-2.
En este tipo de situaciones es vital conservar la calma, enfocarse en brindar una ayuda efectiva y seguir con atención cada paso.




