Para muchas familias octubre es una oportunidad para reunirse, gracias a la ilusión que genera en los niños el disfrazarse y, por un día, ser el personaje con el que recrean historias fantásticas. Durante muchos años, la tradición de pedir dulces de casa en casa se conservó como parte fundamental de la celebración.
Sin embargo, aspectos como el aumento en el uso de dispositivos electrónicos (celulares, computadores y/o “tablets”); así como el proceso continuo de urbanización, que se relaciona con que cada vez existen más unidades o conjuntos de apartamentos, donde la interacción con los vecinos usualmente es menor, ha ocasionado que algunas costumbres, como la de pedir dulces, se vayan perdiendo.
La psicóloga Lamia Mercado afirma que las costumbres y las tradiciones son muy importantes para la sociedad, “porque nos permiten identificarnos como parte de la misma. Es pasar de generación en generación, los principios, mitos o leyendas. Como parte de las tradiciones, se puede considerar “Halloween”, una celebración que muchas personas adoptaron como propia y en la cual los niños se disfrazan de sus personajes favoritos, logrando que la familia y la comunidad se unan. Precisamente, estamos en una época en la que necesitamos como humanidad la unión en comunidad y la empatía, y para esto, las costumbres y tradiciones son grandes aliadas. La conservación de las tradiciones que cada familia considere importantes, depende de la dedicación y la regularidad con la que se transmitan a los más pequeños”.
Así que, si pedir dulces es algo que deseas enseñarles a tus hijos, anímate a compartirles las canciones que, de puerta en puerta, ibas entonando y que te permitían llenar la calabaza, y haz de ese día una fecha inolvidable y divertida. Recuerda acompañar a los niños en los recorridos y estar siempre atento a su cuidado.