Unidos por un futuro sin violencia de género

Unidos por un futuro sin violencia de género

Cada 25 de noviembre recordamos que ninguna forma de violencia contra las mujeres es justificable.

ACTUALIDAD
Actualidad

Continuemos alzando la voz, actuando y construyendo un entorno seguro y digno para las mujeres.

Cada 25 de noviembre, el mundo se une para alzar la voz contra una de las violaciones de derechos humanos más persistentes: la violencia hacia las mujeres y niñas.

Esta fecha no es solo una conmemoración, sino un grito colectivo por justicia, protección y un futuro libre de miedo para millones de mujeres.

La violencia de género adopta muchas formas: física, psicológica, sexual, económica y digital. No siempre deja marcas visibles, pero sí cicatrices profundas en la autoestima, la salud mental y el bienestar de quienes la padecen. En muchos casos, el miedo al rechazo, la revictimización o la impunidad impide que se denuncie.

Hoy, más que nunca, reafirmamos que ni una más es una promesa que debe cumplirse. Levantemos la voz, informémonos, acompañemos y construyamos un mundo donde las mujeres puedan vivir libres, seguras, valoradas y respetadas.

En Colombia, como en muchos países, la violencia contra las mujeres sigue siendo una problemática alarmante. Según cifras oficiales, cada día se presentan cientos de casos, muchos de ellos dentro del entorno más cercano: el hogar. Combatir esta realidad requiere más que indignación: necesita compromiso institucional, educación con enfoque de género y redes de apoyo efectivas.

La prevención empieza desde la infancia, promoviendo relaciones basadas en el respeto, el consentimiento y la equidad. Las escuelas, las familias, los medios y las plataformas digitales deben ser aliados en la construcción de una cultura que desnaturalice la violencia y erradique los estereotipos que la perpetúan.

Este día también es una oportunidad para visibilizar el trabajo de miles de mujeres activistas, lideresas sociales y sobrevivientes que han transformado el dolor en lucha. Estas mujeres, nos recuerdan que el silencio no es una opción y que la sororidad puede salvar vidas.

Como sociedad, tenemos la responsabilidad de escuchar, creer, acompañar y actuar. No basta con no ejercer violencia: debemos comprometernos activamente a detenerla, denunciarla y educar para que no se repita.

Eliminemos la indiferencia, rompamos el silencio y sumemos acciones.

¡Cada gesto de apoyo, cada palabra que educa y cada denuncia valiente contribuyen a un mundo más justo, todos y todas tenemos un rol!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *