En un entorno educativo cada vez más complejo, el papel de los padres ha evolucionado más allá del simple apoyo en las tareas, hoy en día, se espera que los padres se involucren de manera significativa en la educación escolar de sus hijos, proporcionando no solo apoyo emocional y motivación, sino también estableciendo un entorno estructurado que favorezca el aprendizaje y el crecimiento personal.
La investigación ha demostrado que una participación efectiva de los padres puede tener un impacto profundo en el rendimiento académico, la actitud hacia el aprendizaje y las habilidades socioemocionales de los estudiantes. El desafío radica en cómo los padres pueden equilibrar sus múltiples responsabilidades mientras desempeñan un rol activo en la educación de sus hijos; estrategias como establecer rutinas de estudio, mantener una comunicación abierta con los maestros y modelar comportamientos positivos son esenciales para crear un entorno de aprendizaje enriquecedor.
Además, el involucramiento parental no solo se limita a la gestión de tareas escolares, sino que también incluye la creación de oportunidades para el aprendizaje fuera del aula y la adaptación a las necesidades individuales de cada niño. Explorar estos aspectos ofrece una visión valiosa sobre cómo los padres pueden contribuir efectivamente al éxito académico y personal de sus hijos.
Desde su experiencia como Psicóloga, Gisela Viviana Carvajal Barrios, explica que “lo ideal es que se pueda formar un equipo entre casa, familia y colegio, cuyo objetivo fundamental sea el de acompañar el proceso de maduración emocional y la conquista de nuevos conocimientos por parte de los niños. Si bien es importante que los niños sean los protagonistas de su aprendizaje, que sean ellos los que directamente lo construyan, lo conquisten, los papás a través de su acompañamiento y del interés que demuestren en lo que el niño vive en la escuela, le pueden ayudar a él a darle sentido”.
Los padres deben ofrecer apoyo emocional constante, alentando y motivando a sus hijos para que enfrenten los desafíos escolares con una actitud positiva.
También es esencial que se involucren activamente en la vida escolar de sus hijos, participando en reuniones y manteniéndose informados sobre el progreso académico y el comportamiento de su hijo, pues dicha participación demuestra al niño que la educación es una prioridad y le brinda a los padres la oportunidad de abordar cualquier problema o inquietud de manera oportuna.
Además, los padres juegan un papel clave al establecer una rutina estructurada para el estudio en casa. Crear un ambiente propicio para el aprendizaje incluye fijar horarios regulares para hacer la tarea, proporcionar un espacio adecuado para estudiar y fomentar buenos hábitos de trabajo.
Otro de los aspectos fundamentales para lograr participar en la educación escolar de un hijo, es la comunicación abierta, ya que los padres deben mantener un diálogo constante con ellos sobre sus experiencias escolares y cualquier dificultad que puedan enfrentar, así como con los maestros para comprender mejor las necesidades educativas y emocionales del niño.
Dentro de las estrategias efectivas que existen para que los padres puedan apoyar el aprendizaje de sus hijos en casa, Carvajal recomienda “lo principal que pueden hacer los padres es establecer rutinas en casa, de manera que el niño vaya asumiendo responsabilidades acordes a su momento de vida y se dé cuenta que para cada situación existe un momento y unas condiciones particulares. Primero, se debe trabajar en la independencia y autonomía de los niños en relación a su autocuidado y de acuerdo con el momento de vida en el que se encuentren. Afirmó la Especialista en Pedagogía Infantil de la Universidad Santiago de Cali, Gisela Viviana Carvajal.
Finalmente, los padres deben modelar comportamientos positivos y establecer expectativas realistas, deben ser un ejemplo de perseverancia, curiosidad y manejo de los errores, pues esto ayudará a los niños a desarrollar habilidades similares. Proveer recursos adicionales y buscar oportunidades para el aprendizaje fuera del aula también contribuye al éxito educativo del hijo.
En conjunto, estos esfuerzos crean un entorno en el que el aprendizaje puede prosperar y apoyan el crecimiento académico y personal del niño.