Los andadores son estructuras rígidas, que cuentan con un aro exterior, sostenido sobre unas patas con ruedas y, con un arnés en su interior, para colocar a los pequeños. En la actualidad, permanece la creencia popular de que a los niños se les debe enseñar a caminar, por ese motivo, se utilizan este tipo de objetos. Pero ¿es recomendable el caminador para los bebés?
En la revista Lazos Delagente conversamos con el médico Andrés Bahamón, pediatra de la Universidad Javeriana, quien menciona que “el caminador inicialmente se creó con el propósito de ayudar a aquellas personas que tenían inconvenientes para desplazarse por sí solas. Después, fue modificado y comercializado para el uso en niños. Con el paso del tiempo, se han investigado varios aspectos que permiten asegurar que no son recomendables, debido a que pueden ocasionar diversos accidentes y afectar el desarrollo de los niños”.
En países como Canadá, Brasil y Costa Rica, se encuentra prohibida la fabricación y venta de los caminadores o andaderas para bebés, y en otros, como México, no se recomienda su uso (Instituto Mexicano del Seguro Social), por relacionarlos con accidentes.
“Darle a un bebé un caminador, representa un alto riesgo, pues si se tropiezan no tienen la posibilidad de agarrarse de algo para evitar la caída. El caminador afecta el sentido de los reflejos de caída. Así mismo, no tienen la sensación de frenado, pues al estar en movimiento lo que los detiene es un golpe seco contra algún objeto o la pared”, agrega el especialista.
Los bebés aprenden primero a sentarse, luego se arrastran, seguidamente gatean (algunos), más adelante se ponen de pie y finalmente caminan. Este es un proceso que va unido al desarrollo cognitivo (crecimiento de la capacidad mental) y que no se debe forzar.
En la revista Infancia, Educación y Aprendizaje de la Universidad Valparaíso, Chile, se publicó un artículo científico titulado “Efectos del uso del andador sobre el desarrollo psicomotor y razones para su uso” realizado por la doctora Verónica Delgado Mayorga y en el cual indica: “Los que trabajamos en salud y específicamente en rehabilitación infantil, nos damos cuenta que el uso del andador, no sólo no es beneficioso, sino que junto con ser un “generador” de traumatismos del niño por las caídas del o con el andador, acarrea además una serie de consecuencias para el desarrollo del niño. Entre éstas, el que muchos niños que usan andador no gatean; o que al iniciar la marcha lo hacen en puntas de pie, se caen más frecuentemente o chocan con los muebles o paredes”.
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Accidentes que pueden ocasionar los caminadores en los bebés
- Lesiones en cabeza y cuello por caídas desde escaleras.
- Accidentes relacionados con quemaduras, intoxicaciones y heridas debido a que con el andador los niños pueden alcanzar objetos peligrosos que no tendrían por qué estar a su altura, como es el caso de cables, ollas calientes, medicamentos, entre otros.
“Cada niño tiene su propio ritmo y logra alcanzar cada habilidad cuando está preparado para llevarla a cabo. El bebé no se pondrá por sí solo de pie, si su madurez mental no está en sintonía con su capacidad física. Por esta razón, emplear un caminador cuando todavía no sabe caminar, hace que su mente no cuente con la capacidad de reaccionar a esa inmensa libertad y rapidez para desplazarse de un lugar a otro, pues aún no puede coordinar los movimientos, no hay coherencia entre lo que hacen sus piernas y su desarrollo mental”, puntualiza el pediatra Andrés Bahamón.