Futuro Sostenible: Enfrentando el Cambio Climático

La sostenibilidad y el cambio climático son desafíos actuales, de nuestras acciones conscientes depende nuestro futuro.

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La sostenibilidad y el cambio climático son dos de los desafíos más cruciales que enfrentamos hoy en día, pero no se tratan solo de conceptos abstractos; están estrechamente ligados a las decisiones que tomamos a diario y a la dirección que elegimos como sociedad.

Muchas veces se cree que la sostenibilidad es responsabilidad exclusiva de los gobiernos o de grandes iniciativas globales, pero en realidad, cada uno de nosotros tiene un impacto directo. Desde seleccionar productos responsables, reducir residuos hasta consumir de manera consciente los recursos naturales, cada pequeña acción suma hacia la construcción de un futuro más sustentable.

Existe distintas maneras de abordar el cambio climático, una de las formas más efectivas es la adopción de energías renovables. Aunque el sol y el viento son fuentes de energía limpia desde hace tiempo, el avance tecnológico ha facilitado su integración en nuestras vidas cotidianas de manera accesible. Ahora, instalar paneles solares en casas, usar turbinas eólicas a pequeña escala y contar con baterías de almacenamiento más eficientes se han vuelto opciones viables para hogares y empresas. Así, no solo dependemos de las grandes corporaciones, sino que cada individuo puede tomar las riendas de su propio consumo energético.

Por otro lado, la economía circular es una solución clave para combatir el cambio climático, ya que fomenta la reutilización, reparación y reciclaje de productos en lugar de generar más desechos. Este enfoque, que reemplaza el modelo de «usar y tirar», no solo ayuda al medio ambiente, sino que también tiene beneficios económicos al reducir costos de producción y crear empleo en áreas de reciclaje y reparación.

Según Melissa Vargas Pineda, Ingeniera Ambiental ”El cambio climático es inevitable; somos testigos y causantes de ello. Lo vemos reflejado en escenarios actuales como temperaturas extremas, fenómenos climáticos más intensos y cambios en los ecosistemas que nos rodean. Han sido muchos años de acciones en los que no hemos tomado en cuenta el daño que le hacemos al ambiente con nuestras erradas intervenciones, pero no es tarde. Aunque el daño está hecho, podemos remediar lo causado. Soy fiel creyente de que muchas pequeñas acciones en conjunto generan un gran impacto, y ¿por qué no, que sea un gran impacto positivo? Considero que la adaptación es clave para mitigar los efectos de estos cambios, y esta adaptación comienza desde nuestras propias comunidades. La adaptación no solo es responsabilidad de los gobiernos, es responsabilidad de todos.

Es importante que implementemos soluciones que contemplen una sana interacción entre el hombre y la naturaleza, como la reforestación, el cuidado de los cuerpos de agua, y el uso sustentable del suelo, que no solo mitigan los efectos del cambio climático, sino que también promueven la biodiversidad. Además, el cambio empieza en lo cotidiano: reducir el uso de plásticos, disponer de manera adecuada los residuos, consumir productos locales y apoyar políticas públicas que fomenten la sustentabilidad. No es un camino fácil, pero si cada uno de nosotros asumimos nuestra responsabilidad, podemos lograr una transformación positiva. Afirmó Vargas.

El sector del transporte, uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero, también está evolucionando hacia una movilidad más sostenible. El uso de vehículos eléctricos, la mejora del transporte público y la creación de infraestructura para bicicletas están transformando las ciudades. Iniciativas como el carpooling y la ampliación de zonas peatonales no solo contribuyen a la reducción de emisiones, sino que también mejoran la calidad de vida urbana.

El Coordinador de Gestión Ambiental de Comfenalco, describe las prácticas desde Comfenalco Valle: “Una de las iniciativas es implementar sistemas fotovoltaicos en nuestros centros recreacionales, generando energía solar para cubrir parte de su demanda: el 20% en el Club Cañasgordas y el 34% en el Club La Rivera. Además, en todas las sedes, se gestionamos sistemas de tratamiento de agua para uso doméstico y se desarrollan estrategias para conservar fuentes hídricas. Un ejemplo destacado es la sede Bazán-Bocana en Buenaventura, que utiliza el 100% de agua lluvia para potabilización, demostrando una solución sostenible.

También hemos venido implementando un programa integral de gestión de residuos que incluye segregación, tratamiento y disposición final, con un 20% de residuos reciclados y un 7% compostados, apoyando la economía circular. Además, tratamos aguas residuales en sedes sin alcantarillado y mantiene 661.218 m² de zonas verdes para preservar áreas forestales y paisajísticas.

Comfenalco Valle Delagente ha calculado su huella de carbono y obtenido la certificación de carbono neutro para el Hotel y Centro Recreacional Yanaconas en Cali. Tres de sus sedes de alojamiento han recibido la certificación NTS-TS 002 por cumplir con altos estándares de sostenibilidad, consolidándose como un referente en turismo sostenible en la región”.

Para terminar, no olvidemos que la educación ambiental es crucial en la lucha contra el cambio climático, es vital concienciar a las personas, tanto las actuales como las futuras, sobre cómo sus decisiones diarias afectan al planeta. Para lograr un cambio real, no basta con transmitir información teórica; se deben ofrecer soluciones prácticas, como talleres de compostaje, jardinería urbana o técnicas para ahorrar energía.

De esta forma, la sostenibilidad se convierte en algo tangible y accesible para todos. ¡Transformando un concepto abstracto en acciones concretas que se integran en la vida cotidiana!

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